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CULTURA Y MALESTAR EN LA SOCIEDAD ACTUAL. De la crisis generacional a la depresión

(I) INTRODUCCION. Los síntomas del malestar

Vivimos en una sociedad compleja. Avanzamos vertiginosamente en ciencia, tecnología, industria, transportes y conocimiento en general, pero a la vez seguimos parados y ciegos –o nos movemos a tientas y en penumbra- cuando enfrentamos los males humanos, los que brotan del alma y buscan alivio en los demás. Estos desajustes tienen consecuencias observables a poco que miremos a nuestro alrededor con interés.

Quiero compartir unas reflexiones en torno a nuestra cultura occidental, principalmente, y los síntomas que, desde mi punto de vista, dejan en evidencia nuestros pesares y desasosiegos. En esta entrega presento el tema, lo contextúo y enumero cuales considero que son esos síntomas característicos de nuestro malestar. En sucesivas entregas iré desarrollando cada uno de ellos. Terminaré preguntándome por las posibles causas de estos males y ofreciendo mi visión del futuro que nos espera. 

Horror todos los días

“La policía de Nueva York ha pedido la colaboración ciudadana para identificar y detener al hombre que apuñaló a otro en la cara y el abdomen a plena luz del día el pasado sábado 21 de agosto. Las imágenes son espeluznantes. En ellas se puede ver cómo un individuo, vestido de azul y con la capucha puesta, se acerca a otro viandante y le apuñala en la cara y en el abdomen. Lo hace sin piedad y en ningún momento el agresor se dispone a robar nada al otro hombre. Después de la agresión cometida, el hombre huyó del lugar ante la atenta mirada de varios testigos.” (Antena 3 Noticias Publicado: 25.08.2021.09:36).

Esta es una noticia habitual en la sociedad urbana actual. A la vez es una información que nos sorprendente, nos alarma y nos causa pavor porque se trata de un atentado a la vida, gratuito, para el que no encontramos ninguna explicación lógica.

La sociedad occidental en la que vivimos está considerada como la más desarrollada de las conocidas hasta ahora, la que ofrece mayores oportunidades al desenvolvimiento personal y garantiza los más elevados bienes materiales y culturales. Pero esta forma de vivir produce también escenas de horror –como la descrita- y otras situaciones que consideramos síntomas de malestar, enfermedad mental, dolor y desesperanza. ¿Qué nos está pasando?

Sentimos individualmente, vivimos colectivamente

Las formas de pensar, de sentir, de disfrutar o de padecer son individuales, pero es indudable que tienen una proyección social, lo que provoca estados de ánimo y de comportamiento a nivel colectivo. Si tomamos las encuestas de opinión como termómetro que mide estados de ánimo y actitudes de nuestro mundo occidental vemos que nubes de problemas ensombrecen nuestras cabezas: desigualdad creciente, terrorismo, agotamiento de recursos naturales, individualismo, pandemia psíquica (depresión, estrés, ansiedad), desconfianza en los dirigentes, incertidumbre de la economía, tensiones étnicas, religiosas, culturales y territoriales.

Contexto de la nueva cultura occidental

¿Será que occidente ha perdido las referencias de otras épocas? ¿Podemos afirmar que las tradiciones y costumbres, el imperio de la ley, el principio de autoridad, el valor de la experiencia y del esfuerzo y la ruptura con los modelos parentales (paterno-maternales) vigentes hasta finales del siglo XX están dando paso a otras circunstancias y a otros ideales como sociedad? Si es así se hace imprescindible intentar conocerlos para no caminar en penumbra sino con luz.

Desde la década de los pasados años noventa hemos asistido al nacimiento y desenvolvimiento generoso de la informática y las telecomunicaciones, con sus derivados como Internet, mensajería instantánea, correo y comercio electrónicos, telefonía móvil, redes sociales, videoconferencias y televisión por internet, que se han adherido a nuestro cuerpo sociocultural –y casi físico- como lapas.  En 1995 utilizaban Internet 500 millones de personas en el mundo, en la actualidad (2021) lo hacen cerca de 5.000 millones.

Simultáneamente, la globalización, entendida como interdependencia de todos los países en materia económica, científica, cultural, tecnológica, política y social a la vez que, como espacio de comunicación total, se impone a finales del siglo pasado y más específicamente tras el fin de la “guerra fría”. Una de las mejores demostraciones de esta interdependencia la estamos viviendo actualmente con el COVID-19. El impacto que está causando entre las personas, los temores y angustias por causa de la enfermedad y los duelos por los fallecidos –por millones- se reparten por los cinco continentes.

Este contexto es el que propicia las formas de vida occidentales, con sus logros y sus quebrantos. De los logros baste traer aquí que nunca antes el ser humano vivió tanto, tuvo acceso a tantos recursos, tanto conocimiento y tan amplia panorámica sobre sí mismo, sobre la tierra y sobre el universo. Sobre sus aflicciones voy a compartir algunas observaciones del devenir colectivo actual como síntomas del malestar de la sociedad occidental, sin caer en el catastrofismo.

Síntomas del malestar de la nueva sociedad occidental

Desde mi punto de vista los principales síntomas del malestar de la sociedad actual son 1) la violencia, 2) el individualismo, 3) la ansiedad/urgencia, 4) la soledad, 5) el rechazo de lo simbólico y lo subjetivo y 6) la adicción. Estos fenómenos revelan por sí mismos una situación preocupante, pero si miramos a los estados de ánimo que los acompañan entonces la tristeza, la ira, la euforia, la desesperanza, el dolor, la rabia o la angustia pintarán un cuadro completo de una sociedad enferma.

Gracias por tu atención.

Florencio Martín
tresmandarinas.es

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